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El primer amor: El amor propio

El primer amor: El amor propio

El amor propio es la aceptación, el respeto, las percepciones, el valor, los pensamientos positivos y consideraciones que tenemos hacia nosotros mismos y que puede ser apreciado por quienes nos rodean.

Nadie tiene la responsabilidad de completar lo que nos falta. El amor propio depende de nuestra voluntad para querernos, no de quienes están a nuestro alrededor ni de las situaciones o contextos en los cuales no desenvolvemos.

Nos corresponde a nosotros encontrarnos y actuar conforme a lo que nos sucede en nuestro interior. Debemos promulgar los mismos valores que sentimos como propios y trabajar por escucharnos y fomentar nuestra autoestima.

La autoestima

Reconocernos, valorarnos, respetarnos, aceptarnos y superarnos cada día forma parte de nuestra autoestima. Si no sentimos amor propio entonces será muy difícil tener una alta autoestima.

la autoestima y el amor propio están presentes en todo lo que hacemos. Son ingredientes muy importantes para gozar del bienestar psicológico, es como ese ingrediente secreto que le añade el cocinero a todas las recetas, el mismo que le añadimos nosotros a todas nuestras acciones.

La autoestima se puede mantener y alimentar con felicidad, no es fácil aprender a amarse. De hecho, solemos comenzar a hacerlo cuando algo nos hiere profundamente, lo habitual es que durante años maltratemos a nuestro Yo interior, boicoteándonos.

la falta de amor propio y la baja autoestima, alimentan los miedos, hemos de preferir metas que estén claramente por debajo de nuestra capacidad de desempeño. Por otro lado, mermará las posibilidades de salir de nuestra zona de confort, lastando así nuestro potencial.

Más amor propio

Cabe destacar que tener un alto autoestima o amor propio no es sinónimo de egoísmo, vanidad o soberbia. Lo realmente importante es estar bien con nosotros mismo y proyectar eso al exterior porque así seremos vistos y percibidos.

La falta de amor propio genera, desconocimiento de quién es y qué quiere, así como también produce tristeza, dependencia, inseguridad, desvalorización, descalificaciones, irrespeto, entre otros sentimientos, que no permiten crear relaciones sanas con nuestro entorno.

Solo si nos queremos y nos valoramos podremos generar relaciones saludables a través de las cuales lograremos ser personas que aman de verdad y que son amadas sin dependencias.

Cuantas más personas se conozca, más fácil será conocer a aquellas con las que se conecta, y que ven en nosotros cualidades que otros no veían. Alejemos de nuestras vidas todo aquello que sea toxico y afecte nuestros sentimientos, agreda o viole nuestros intereses. Para terminar, les dejamos esta bella cita, de un personaje icónicamente mundial.

Cuando me amé de verdad comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas, situaciones y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo. 

Hoy se llama… Amor propio

Charles Chaplin.