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Cómo cuidar la salud mental de tus hijos

Cómo cuidar la salud mental de tus hijos

Hablar es fundamental

La forma en la que le hablas a los niños es la primera medida para ayudarlos  a sentirse bien, de estar seguros y cuidar su salud mental. Es vital que como padre o madre te sientes a conversar con tus hijos sobre las situaciones importantes que pienses que le afectan, sin olvidar la cantidad de información que los niños de diferentes edades son capaces de absorber y el tipo de contenido que tus hijos ven o escuchan tanto en noticias como redes sociales.

Es importante que les brindes apoyo e información precisa sobre las situaciones que les puedan afectar y decirles que, como familia pueden aclarar malentendidos o preocupaciones que puedan tener.  Puede ser más fácil conversar mientras están haciendo alguna actividad como pintar o cocinar la cena, para que no sientan presión. Aunque no tengas las respuestas a mano, es importante comenzar a dialogar con ellos sobre sus sentimientos para que sientan tu apoyo. Aunque no tengas las respuestas a mano, es importante comenzar a dialogar con ellos sobre sus sentimientos para que sientan tu apoyo.

2. Sigue una rutina

Según el psiquiatra Chi-Hung Au, los padres deben crear una rutina para los niños con el fin de prevenir, reducir la ansiedad o el estrés que puedan llegar a sentir, o que estén sintiendo. Finlayson y Panton concuerdan que: “Hacer planes con tus hijos y ofrecerles opciones cuando sea posible.  Al tener planes definidos, tus hijos sabrán qué deben hacer cada día y con el tiempo conservarán el enfoque y la motivación”.

En el caso de los adolescentes y los niños mayores, las rutinas les ayudan a crear hábitos que les permitan cumplir con las tareas importantes, para de esta forma influir en su preocupación hacia ser personas responsables. Ten en cuenta esta actividad para preservar el bienestar y salud emocional de los menores.

3. Mantén el contacto social

Los niños necesitan a sus amigos tanto como los adultos. En un estudio realizado con 100 niños, en edades entre 10 y 12 años, se concluyó que quienes tuvieron amigos para conversar durante una experiencia desagradable, reflejan bajos niveles de cortisol, hormona vinculada al estrés. Cuando extrañes a tus amigos cercanos o familiares hazle saber a tus hijos, así ellos sabrán que es normal tener estos sentimientos y que no son los únicos.

Mantén contacto con amigos y familiares a través de mensajes escritos, llamadas telefónicas o videollamadas. De esta manera se sentirán conectados con otras personas fuera del núcleo familiar, mientras que a los niños mayores permitirles cierta privacidad y un espacio propio para ponerse al día con sus amigos.

4. Ponte en movimiento

Se ha demostrado que la actividad física ayuda a conservar la salud mental. En 2013, un estudio publicado por la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, concluyó que los niños activos tuvieron un menor incremento de los niveles de cortisol que aquellos niños inactivos, al estar expuestos a situaciones estresantes.

Por otro lado, un estudio de 2018 publicado en la revista Psychology Research and Behaviour Management, observó a niños de entre ocho y nueve años que tenían ansiedad, llegando a la conclusión que, con la práctica de yoga y técnicas de conciencia plena, mejoraron su estado emocional.

El ejercicio incrementa la producción de endorfinas que contrarresta la respuesta del estrés, el cual puede perjudicar el sistema inmune. En Internet hay una amplia variedad de opciones de ejercicios para hacer en el hogar que no requieren mucho espacio como bailar en casa y, si puedes hacer ejercicio a diario, como salir a caminar o correr en horarios de poca actividad o intenta participar en clases de yoga. 

5. Busca un tiempo para jugar

El juego es una herramienta de aprendizaje y un medio de expresión importante para los niños, y ahora es más importante que nunca para su bienestar emocional. La Dra. Jacqueline Harding, experta internacional en neuropsicología y desarrollo infantil, revisó hace poco más de 100 estudios académicos diferentes y concluyó que jugar con los niños puede reducir el estrés, mejorar el sistema inmunitario e incrementar los niveles de la oxitocina también llamada hormona de la “felicidad” en el cerebro.  

Este estudio señala que los médicos encontraron una similitud entre los efectos de la “risoterapia” y los efectos del ejercicio moderado. El juego también se recomienda como mecanismo de autorrelajación durante momentos de ansiedad, y hasta una caja llena de los juguetes favoritos de un niño puede servir para darles contención y ayudarlos a calmarse.

Los niños también pueden jugar con ejercicios de respiración, que relajan el sistema nervioso, utilizando una pajilla o popote. Inspirar profundamente y luego expirar soplando para hacer una burbuja. Observar cuando la burbuja explota y desaparece y relaja. Repita el ejercicio hasta sentirse más calmado.

Vita Pro Kids

La microbiota intestinal es sumamente importante en cuanto a la salud a nivel integral de manera física y mental, la clave para la salud de la misma es la diversidad. 

La clave radica en la diversidad. Una microbiota más variada y con gran cantidad de especies diferentes será más equilibrada y más saludable

Una mayor diversidad de la microbiota intestinal de los niños ayudará, por ejemplo, a que su sistema inmune esté bien informado. No es necesario haber sufrido gran cantidad de infecciones, como se pensaba hace años, sino haber estado en contacto con gran cantidad de especies de microorganismos diferentes, es decir, haberse entrenado. Como demuestran los estudios, esta diversidad es la que marca la diferencia entre la salud y algunos trastornos o enfermedades. Si hay pocas especies, cualquier pequeña alteración de la composición produce grandes consecuencias.

Cuidar la microbiota intestinal de los niños se traduce en prevención y ayuda a mantener su salud mental en buen estado, de esta forma podrás complementar los consejos previamente dichos. 

Fuente: 

https://www.bupasalud.com/salud/salud-mental-de-tus-hijos 

-Margarida Mas, licenciada en Medicina y Cirugía y máster en Comunicación Científica.