Si te interesa llevar una dieta saludable, es razonable que empieces a introducir en tu dieta más alimentos que contengan probióticos, estos alimentos principalmente contribuyen a tener una microbiota intestinal en optimas condicionas, los probióticos de estos alimentos son bacterias vivas que modulan y estimulan el sistema inmune y el digestivo entre otros, ayudándote a combatir infecciones urinarias, síndrome de colon irritable e intolerancias al gluten y a la lactosa, reducen el colesterol y poseen efectos antioxidantes.
La clave está en la Fermentación
La fermentación es el proceso de transformación que permiten conservar los alimentos y sus propiedades nutritivas y culinarias.
La técnica de fermentar los alimentos no es nueva, por el contario existe desde la antigüedad, de esta manera se lograba conservar los alimentos por más tiempo. Cuando un alimento entra en el proceso de fermentación, participan varios microorganismos, como bacterias buenas que aportan salud al individuo que los consume.
A continuación, te presentamos, 3 recetas sencillas que puedes preparar en casa y que te serán de mucha ayuda si lo que quieres es mejorar tu salud no solo digestiva sino en general.
Kéfir de frutas
El kéfir es una bebida fermentada, con un aspecto similar al yogur, muy beneficiosa para los huesos y las enfermedades de tipo bacteriano. Esta es una rica variable del kéfir común.
Ingredientes
- 2 granos de kéfir.
- 4 tazas de leche de almendras o de coco.
- 1 taza de frutos rojos (congelados).
- 1 banano
- 1 cucharada de miel
- 1 cucharadita de extracto de vainilla natural
Preparación
En un frasco de vidrio, coloca los granos de kéfir junto con las 2 tazas de leche. Deja reposar durante toda la noche en un sitio fresco, hasta obtener una mezcla con consistencia espesa de yogur griego.
Vierte en un colador de malla fina y con una cuchara empuja suavemente, hasta que queden solo los granos.
Licua el kéfir colado junto con el resto de los ingredientes y vuelve a verter en el frasco de vidrio para posteriormente guardar la mezcla en la nevera. Puedes servir adornando con frutos rojos.
Agua de piña con Probióticos
Refrescante y llena de beneficios esta agua es supremamente digestiva, pues además de tener bacterias que ayudan a tu organismo posee todas las cualidades de la piña, una fruta llena de nutrientes.
Ingredientes
- La cáscara de una piña medianas grande
- 2 ½ tazas de azúcar moreno (500 g)
- 3 litros de agua
Preparación
lava bien la cáscara de la piña con la ayuda de un cepillo y con un poco de vinagre y la pelaremos, dejando la cáscara con un poco de pulpa, cortando en trozos pequeños.
A continuación, la pondremos en un frasco grande de cristal en el cual podamos añadir dos litros de agua y el azúcar moreno.
Dejaremos el frasco a temperatura ambiente, entre 20 y 30 ºC, durante dos días. Pasado ese tiempo, colamos la bebida, le añadiremos el litro de agua restante y la dejaremos fermentar todavía 12 horas más.
Para detener la fermentación, conservaremos la bebida en la nevera, durante la fermentación los microbios consumen el azúcar, si lo deseas endulzar un poco más puedes endulzar con un poco de miel natural estevia.
Cebollas Encurtidas
Muy fáciles de hacer deliciosas y naturales, es un excelente acompañante para tus ensaladas, estas cebollas están llenas de bacterias benéficas, vitaminas, antioxidantes y otros nutrientes.
Ingredientes:
- 1 frasco de vidrio con capacidad de 1 litro
- 2 cebollas grandes moradas
- 1 Litro de agua
- Sal
Preparación
Pela y corta una cebolla en juliana.
Agrega 30 gramos de sal al litro de agua.
Mete la cebolla en julianas al frasco y cubre el frasco con salmuera, es importante que el líquido de la salmuera cubra totalmente las cebollas.
Parte un pedazo redondo de la otra cebolla y ponlo encima haciendo una especie de tapa. El peso ayuda a que las cebollas en juliana se queden en el fondo del frasco.
Tapa el frasco bien y deja fermentar las cebollas por 3-7 días en un lugar donde no les dé la luz directa del sol. Toma nota de la fecha en que empezaste a fermentarlas.
Pasados los 3-4 días pruébalas y, si están a tu gusto, puedes meterlas en el refrigerador.